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El Americano

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En ocasiones -en muy contadas ocasiones a decir verdad- salgo de mi zona de confort y me lanzo a conocer sitios nuevos por la geografía sevillana. Hace un tiempo me lancé con un grupo de amigos a la aventura de conocer un restaurante americano situado en la Plaza del Ayuntamiento en  Tomares que se llama así: El Americano. No podía ser de otra manera ;-)

Interior de El Americano. El Tapeador. Es un local  decorado como los restaurantes que aparecen en las pelis americanas. Es entrar allí y sentirte como una Sandy o un Johnny Sauco en Grease. El local está dividido en dos partes. En una hay mesas que se pueden mover y en la otra están las mesas típicas de hamburgueserías: pegadas a la pared con sus asientos acolchados y para cuatro personas. También tienen terraza que se extiende por la Plaza del Ayuntamiento. Encima de la barra tienen una televisión en la que ponen extractos de partidos de fútbol, de rugby o videoclips de los 70. En realidad no le echas mucho caso hasta que ves a los Beatles tocando e intentas adivinar qué canción es sólo leyendo los labios. Es un detalle que lo hace aún más auténtico.

He ido dos veces a esta hamburguesería y la primera vez no me gustó mucho, la verdad. Pedimos nachos como entrante -muy muy ricos- y yo me equivoqué en la elección de la hamburguesa. Pedí una sweet relish que llevaba salsa de pepinillos y no me gustó nada. Además, el pan no era el más adecuado y se desmoronaba rápidamente. Creo que esa noche todos salimos un poco disgustados a causa del pan.

Hamburguesa Jack Mushroom o Sioux de El Americano. El Tapeador.Pero bueno, como a todo hay que darle una segunda oportunidad, así lo hicimos y la segunda vez salí mucho más contenta. Elegí una Jack Mushroom o Sioux que tenía 200 grs. de carne, lechuga, cebolla, tomate, tres tipos de queso y salsa de champiñones ¡para chuparse los dedos! Y el pan -mi eterna queja- me pareció estupendo porque no se me descompuso entre los dedos y conseguí comer carne, pan y los otros ingredientes juntos hasta el último bocado. Incluso la hamburguesa me pareció más jugosa que la vez anterior.

La cartas son los manteles de papel que recubren las mesas. Es una idea que me suele gustar porque así tienes tu propia carta y puedes tardar todo lo que quieras en decidirte, que es difícil en este lugar dado a que la carta es bastante amplia. Tienen hamburguesas simples, las normalitas de 200 grs. y una de 500 grs. También hay pizzas, perritos calientes, menú infantil, postres y bebidas americanas como Coca-cola de vainilla, Cherry Coke o cervezas americanas. La primera vez no, pero sí la segunda, había promoción refill en Pepsi.

Nachos de El Americano. El Tapeador. Los precios son un poco más elevados que en las hamburgueserías tradicionales ya que sólo incluye la hamburguesa sin guarnición -que se puede pedir aparte-. Las "normalitas" alrededor de 6€, la súper tocha de 500 grs. que es menú 16€ y por 1'70€ las normales se pueden hacer dobles (de 200 grs a 400 grs) y por 1'50€ puedes pedir un plataco de patatas.

Los camareros son muy simpáticos y eficientes y te informan de las ofertas que ese día tienen activas como el refill en bebidas o las pizzas a mitad de precio.

Si quieres conocer todas sus novedades puedes seguirlos por Facebook o consultar su página web.

Y por todo lo anterior, nuestra valoración es la siguiente:


La flor de mi viña

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Con El Tapeador sigo descubriendo los bares y restaurantes que se encuentran en mi zona de actuación más próxima, esto es, el centro. Algún día tendré que superar la barrera de la muralla y lanzarme a conocer lo que hay más allá. ¿Sugerencias? Todas bienvenidas. 

En Semana Santa se me ocurrió la feliz idea de probar por primera vez La Flor de mi Viña en la calle José de Velilla (bar y restaurante en el nº 7 y 14 respectivamente). El bar estaba lleno así que entré en el restaurante. Cuando me senté pensé: mal momento para probar un restaurante nuevo. Pues me equivoqué totalmente. Y mi reflexión fue: si atienden así de bien en Semana Santa, ¿cómo será el resto del año? Debo decir que un trato muy bueno. 

Al traerte las bebidas en copa de balón te ponen también un plato de aceitunas muy bien aliñadas. Y aunque esto no es exclusivo cada vez en menos sitios te las ponen sin pedirlas. Yo soy muy fan de las aceitunas y éstas estaban riquísimas. 

Pensábamos tomarnos una tapa e irnos, pero nos atendieron tan bien y la comida estaba tan rica que nos quedamos a comer. Su carta no es muy extensa y tiene comida tradicional. De tapas frías: aliños, ensaladilla, huevas, anchoas...; también montaditos, revueltos, guisos como riñones al jerez, cola de toro, carrillada...; y fritos como tortillitas, chocos, rosada, croquetas, adobo... por separado o en fritura sevillana. 

Revuelto de bacalao. La flor de mi viña. El Tapeador. Almejas. La flor de mi viña. El Tapeador.
Pedimos un plato de almejas para comenzar. Estaban riquísimas, súper grandes, con tropezones de gambas y jamón y salsa con ajito para mojar mucho mucho pan. Entrante totalmente recomendable. 

Después un revuelto de bacalao que me sorprendió gratamente. Nosotros esperábamos un revuelto de bacalao estilo bacalhau dourado de Portugal y nos trajeron la maravilla que hay en el plato. ¡Un revuelto de patatas, huevo y  bacalao ahumado! ME ENCANTA. Me parece una idea genialísima. A mis amigos no les gustó tanto, pero la mezcla está muy buena, de verdad. Yo que no tomo apenas sal lo noté un poco salado, pero bien.

Pulpo a la gallega. La flor de mi viña. El Tapeador.
Después, un plato de pulpo a la gallega. Muy buena presentación, pulpo blandito, aceite muy rico y... pimentón picante. Arrrgggg! Esto fue lo peor. Pimentón demasiado picante. Esto hizo que el plato me lo comiera yo íntegramente :-)  porque el picante no es bien recibido entre mis amigos. Preguntamos si lo podían preparar también con pimentón dulce y nos dijeron que sí; así que ya sabéis para la próxima vez. Nosotros hemos tomado nota. Aún así, con el picante están geniales.


Pez espada a la plancha. La flor de mi viña. El Tapeador
Y ya por último un plato de pez espada a la plancha que te traen cortado en cachitos, con acompañamiento de patatas cocidas y cebolla. Estaba muy blandito y jugoso y a diferencia del revuelto, en su justo punto de sal.

Y si os gusta el guisoteo, todos los días tienen un plato del día.

Los camareros son muy profesionales y saben gestionar muy bien las bullas y los tiempos de espera, que en Sevilla es de agradecer que no te mientan cuando esperas una mesa. Un diez para el personal.

Los precios rondan la media de los bares de Sevilla. Las tapas 2'50-3'50€, las medias raciones entre 7-9€ y las raciones entre 10-14€. 

Como siempre que voy a algún sitio lo comento con mis amigos, éstos me han recomendado además las siguientes tapas: espinacas, atún nevado, carrillada ibérica, riñones al jerez y pimientos del piquillo.

Y tras esta descripción nuestra valoración no podía ser otra:

Plaza Chica

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Cuando las redactoras de El Tapeador nos enteramos de que habían abierto un nuevo bar en La Alameda no dudamos en acercarnos a echar un vistazo y probar algunas de sus recomendaciones.
El local en cuestión se encuentra al final de dicha plaza, pegado al Cine Alameda, y lo han bautizado con el nombre de Plaza Chica.

Sobre la carta os diremos que es variada, con un poco de todo, y aunque no es cocina fusión ni se han comido mucho la cabeza para hacer la selección en El Tapeador siempre hemos preferido comida de siempre, pero bien preparada.

Entre las tapas que probamos se encontraban las típicas croquetas de puchero, solomillo en salsa cabrales, ensaladilla, chipirones a la plancha, bacalao a la cazuela con langostinos y algún que otro montadito. Ya veis que elegimos un poco de todo, tapitas tradicionales.
Plaza Chica El Tapeador

Empecemos con la ensaladilla; te la sirven en un plato/cuenco y es una cantidad bien despachada, no tiene demasiada mayonesa cosa que agradecí enormemente y aunque no es una delicia está bastante bien. 
Las croquetas me dejaron un poco indiferente, te las sirven en un vaso de vino, 4 en una tapa, con patatas chips (esto no me gusta)...no sé hasta que punto son caseras, como digo de sabor me resultaron algo insípidas, sin chicha ni limoná.
Plaza Chica El Tapeador

Los chipirones fueron un acierto, esta es una tapa que me encanta, pero es delicada. En este caso estaban muy bien cocinados, ni duros ni demasiado blandos y sin ningún desperdicio. Esta tapa la sirvieron con un poco de ensalada, algo sosa.

El solomillo al cabrales fue una de las satisfacciones de la noche. La tapa (de muy buen tamaño) viene con patatas fritas cortadas en dados y una salsa de cabrales por encima que me pareció deliciosa, no estaba aceitoso y la carne era de buena calidad.
El bacalao por su parte nos decepcionó un poquitín, y es que se veía de buena calidad pero se les quedó pegado en la cazuela de barro, obviamente el quemado hizo que se perdieran los sabores y la tapa no fue gran cosa, a pesar de que fue la más cara (3,50€).
Plaza Chica El Tapeador

Y por último decidimos probar un montaíto Piripi, con queso, tomate, bacon y lomo. La sorpresa es que también los sirvieron con papas fritas en dados, el montao era grande, el pan no estaba duro ni chicloso y los ingredientes buenísimos. En mi opinión mejoraría el queso, que era de lonchas como tranchetes. Cuando vi el queso pensé que el sabor no sería prometedor, pero me equivocaba. El piripi fue una de las mejores elecciones de la noche, estaba para chuparse los dedos.

La terraza en plena Alameda es agradable y el bar por dentro también, aunque tienen el Aire acondicionado a toda pastilla, pienso que lo suyo es disfrutar de la terraza. Tienen caracoles propios de la época, que por supuesto habrá que ir a probar.

El Plaza Chica no se va a convertir en uno de mis bares de cabecera, pero para ir de vez en cuando y si sabes que pedir es una opción más que válida.

Valoración:


Bar El Cordobés-La Mezquita

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Hoy en El Tapeador nos trasladamos hasta la sevillana plaza de Santa María la Blanca, plaza conocida por muchos y zona de bueno bares. Os vamos a comentar lo que nos pareció uno de los más señeros y tradicionales: el bar La Mezquita.

El bar El Cordobés o La Mezquita se especializa en flamenquines caseros, de los típicos de Córdoba, claro está.
Nosotros para empezar abrimos boca con otro plato típico de la zona, el Salmorejo, que estaba riquísimo y no le faltaba un perejil, aunque a mi siempre me sobra esa cucharada de aceite que le echan por encima en casi todas partes, pero es que soy muy mijitosa.

Un consejito que os doy es que preguntéis por las especialidades del día, que están fuera de carta. Ese día tenían chuletitas de pavo y chipirones rellenos, y los dos platos me llamaron muchísimo la atención así que pedí una tapa de cada uno.

Las chuletitas estaban simplemente exquisitas, venían con buenas patatas cortadas en rodajas, guisadas con su salsa y su verdurita, las chuletas eran dos finitas pero muy muy ricas.
Los chipirones estaban rellenos e igualmente guisados, servidora es muy fan de los chipirones en todas sus vertientes y siendo sinceros, es una tapa bien difícil de encontrar fuera de la especialidad "a la plancha". Tampoco me decepcionaron, suaves pero en su punto y sin ningún desperdicio.

Sobre los flamenquines diré que son enormes y también venían acompañados de las mismas patatas guisadas, la tapa es un poco más elevada de precio que las demás, pero si sois amantes de este plato no dejéis de probarlo en La Mezquita, porque merece la pena.

Para terminar probamos con la pavía de bacalao, fresca y bien frita, y sobretodo nada aceitosa, que es lo que importa en este plato. Otra muy buena elección. Los precios son muy económicos para como se está cotizando ahora esa zona, así que nos salió muy barato, con café y postre incluido.

El único punto negativo es que pedimos un trozo de tarta de chocolate de postre y no nos gustó demasiado, estaba demasiado fría y demasiado seca, mejor darse un paseo después y buscar una heladería o confitería.

Como veis casi hicimos pleno, toda la comida la bañamos con Cruzcampo bien fría, aunque hacía fresco estuvimos en la terraza, en la que a medio día da el sol y es muy agradable, el servicio fue atento y aunque en un principio no tenía muchas expectativas en este local está claro que me equivocaba de todas todas, y me quedan pendiente por probar sus boquerones en vinagre y su solomillo al whisky, del que me han hablado maravillas. Desde entonces lo recomiendo a todo el que me pregunta donde comer por la zona.

Valoración:


El Rinconcillo

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El Rinconcillo es el bar más antiguo de la ciudad, y esto señores, no es poco. Su fama le precede desde tiempos inmemoriales y El Tapeador no podía ser menos e ir a probarlo para contaros.

Ir al Rinconcillo merece la pena solamente por el local, en el que se respira tradición de la buena, decorado con azulejos típicos sevillanos, carteles taurinos y sobretodo de Semana Santa no deja indiferente a nadie, el local se divide en tres zonas, la entrada donde podemos ver unos grandes barriles a modo de mesas, a la izquierda otra zona con barra y balcones a la calle, y en el lado opuesto un salón con mesas de madera bajas. Tiene otro salón arriba, que no conozco pero en el que se celebran celebraciones de todo tipo.

Nosotros optamos por los barriles, y fue grato darnos cuenta de que atendían los camareros también en ellos aunque estuviéramos de pie (no hay bancos, y eso no mola).

Del Rinconcillo me habían dicho muchas cosas, entre otras que era caro y que probara las espinacas y el bacalao. Pues bien, casi todo erróneo. Vamos por partes: lo primero que diré es que este local es más que económico, casi todas las tapas tienen un precio de 2€ y algunas hasta 1,90€, lo cual ya es difícil de ver en Sevilla.

Sobre las espinacas, una tapa que me suele encantar la verdad es que no me convencieron en absoluto, estaban demasiado fuertes (pero mucho, mucho) y se me estuvieron repitiendo hasta que me acosté.

La ensaladilla (de atún) estaba buena, diferente a las que suelen poner en el  resto de bares, tenía demasiada mayonesa, pero muy buena, aunque quizás la esperaba algo más tradicional.

En cuanto a la pavía de bacalao, exquisita. Bien frita, el rebozado estupendo y el bacalao tierno y fresco, la mejor tapa de las que probamos.

El Rinconcillo no apuesta por las novedades ni la cocina de autor, aquí hay de lo de siempre, bien servido, buen tamaño, muy buenos precios y sin novedades.
Lo que te ponen aunque sea tradicional es de calidad, de destacar como comentaba sus platos de bacalao, en especial la pavía, aunque también había por ejemplo bacalao con tomate, muy fresco.

No probé nada más de la amplia variedad que ofrecen, pero sin duda volveré pronto para hacerlo. Me gustó lo atento que fue el servicio, los platos y servilletas con su logotipo y el cartel de Casa fundada en 1670 o el de Prohibido el Cante.
No dejéis de venir, es una parada obligatoria para todo Sevillano que se precie.

Valoración:


Si estáis interesados en saber más echad un ojo a su web, que es muy completa y tiene un poco de todo.


La Venencia

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Antes de conocer otras zonas de Sevilla es importante conocer bien el propio barrio y eso es lo que El Tapeador ha hecho: continuar de excursión por la zona del Museo-Plaza de Armas para acercarse a La Venencia, bar situado en la calle Julio César nº 10, al ladito de otro bar que ya reseñamos hace tiempo, El Bokao

La Venencia Sevilla

No recuerdo en qué año La Venencia llegó al barrio, pero ahí sigue, sirviendo desayunos, almuerzos y cenas y congregando a un público cada vez más fiel. Recuerdo haber ido con mis padres hace mucho tiempo. No recuerdo si me gustó mucho o poco, la verdad, pero esta última vez sí que lo he disfrutado bastante. 
Lo típico antes de ir a un local es preguntar entre tus conocidos cuál es la especialidad de la casa. Nadie dudó en decirme que era el paté de pato, así que ni lo dudamos a la hora de comenzar a pedir. Después de mi incursión me enteré de que también tienen una variedad de tostas increíbles y de ingredientes variados y "extraños" de mezclar. Me he quedado con las ganas así que tendré que volver para las tostas. 
Paté de pato- La Venencia Sevilla

El paté de pato con mermelada de arándanos está espectacular. Lo sirven en un plato hondo cubierto de mermelada y encima el paté y lo acompañan con mini biscottes crujientes. Me encanta el paté y éste merece mucho la pena. Si vais, tenéis que pedirlo. Es parada obligatoria. A mi no me gustan mucho las mezclas de dulce-salado, la verdad, soy más de salado pero esta mermelada no está especialmente dulce así que se complementan genial los sabores. El precio creo que ronda los 7€. 

Langostinos con bacon- La Venencia Sevilla
Otro plato que pedimos fue langostinos con bacon. Creo que es uno de mis platos favoritos. No sé de quién fue la idea de unir estos dos ingredientes, pero dio en el clavo. Sin embargo, a la hora de crear los dátiles con bacon se equivocaron completamente.... Es un plato enorme, comimos varias unidades cada uno y lo mejor de todo es que los langostinos son bastante grandes y tienen mucho bacon alrededor. Lo que menos me gustó fue la salsa que le pusieron, una especie de mayonesa suave, que enmascara un poco los dos sabores principales. 

Solomillo al cabrales -La Venencia Sevilla.
El tercer plato fue el solomillo al cabrales. Cuatro filetes bastante grandes con una crema de cabrales muy suave no demasiado salada y con queso rallado por encima. 
El acompañamiento de patatas -de bolsa- está muy bien para poder rebañar la salsa sobrante. 

Calamares a la romana- La Venencia Sevilla. Por último pedimos un plato de calamares a la romana que estaban muy tiernos y con un rebozado en su punto. Esto es importante de reseñar porque hay lugares en los que el rebozado ocupa más que el propio calamar y al final lo que comes es rebozado. Este fue el plato que menos nos gustó porque la cantidad era muy justa y los pusieron casi fríos.Y bueno, tampoco es un plato muy elaborado. Ricos y tiernos pero completamente prescindibles. 

Platos que quiero probar en mi siguiente incursión: una tosta de solomillo con queso brie y cebolla caramelizada y la de atún con cerezas (ñam ñam). Me llamó mucho la atención el montadito de pollo al curry y me han comentado que están bastante buenas las berenjenas gratinadas y los huevos rotos con jamón. Eso sí, el paté lo pediré siempre. Es un must del local. 
Tienen también algunos postres caseros, aunque no demasiados: flan de queso, tocino de cielo y helado. 

La Venencia es un local mediano con una decoración coqueta en madera que tiene seis mesas dentro y otras tantas fuera. Normalmente no suele haber mucho problema para coger sitio a no ser que sean fechas especiales. Podría decir que he visto más gente entre semana que en fines de semana. 

Me gustó mucho la efectividad del servicio. Sólo había una camarera que servía tanto la barra como las mesas ocupadas -unas seis entre dentro y fuera- y lo hizo de manera impecable y trayendo los platos en el tiempo justo, sin esperas innecesarias y sin atropellarse los platos en la mesa. ¿Una pega? Fuimos la única mesa del local al que no le pusieron mantel. Aunque al principio no nos dimos cuenta sí al final y nos pareció un detalle un poco feo. 

Los precios de las tapas rondan entre 2'50-3€; los platos entre 7-9€; las tostas entre 7'90-8'90€; los montaditos alrededor de 2€ y los ibéricos entre 2'50-12€ y el surtido a 16€. 
Si bien no es lugar especialmente barato la calidad y cantidad de los platos no te decepcionarán. 

Tienen menú del día por 7'90€ y cierran los sábados y domingos al mediodía. Juraría haberlo visto abierto también en estos momentos, pero es lo que pone en la carta. Cuando vuelva me fijaré mejor en ese detalle.

Por todo esto nuestra valoración es: 


Los Alcores

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Y aunque parece que los redactores de El Tapeador estos días se estaban diversificando, no pueden evitar volver siempre al barrio, y por aquí estoy yo. Hoy os traigo la crítica de Los Alcores, situado en la calle Barco, en la zona de la Alameda de Hércules y enfrente de La Fábrica, local del que ya hemos hablado en nuestro blog.

Fachada restaurante Los Alcores.
Fachada de Los Alcores.
Tomada de azahar-sevilla.com 


Solomillo al eneldo. Restaurante Los Alcores.

Es un restaurante al que tenía muchas ganas de ir; me gustaba mucho pasar por la puerta y ver sus hules de plástico de colores, así tipo "cena en el patio en verano". Además, siempre hay bastante gente, por lo que supuse que su cocina era buena. Y no me equivoqué.

Existe otro restaurante Los Alcores en Triana de la misma cadena. Este local de la Alameda tiene un salón en la planta baja y otro en la planta de arriba, además de algunas mesas fuera rodeándolo. Nosotros, fieles al estupendo tiempo de Sevilla, preferimos sentarnos fuera.

La especialidad de la casa es el solomillo al eneldo. Y a mi que no me gustan nada las salsas ;-) , pues me decanté rápidamente por él. No tenía ni idea de a qué podía saber el eneldo y la verdad es que me gustó mucho. Para volver y repetir.

Me llamó mucho la atención que en la carta hubiera ensaladas por personas: individual, para dos y para cuatro (2'50 - 7- 12). ¡Es una idea estupenda! Hay veces que quieres ensalada pero tu acompañante no y al final no la pides. Los Alcores han dado con la solución perfecta. Súper punto para ellos.

Revuelto de boletus. Restaurante Los AlcoresOtras tapas que pedimos fueron croquetas caseras, que estaban normalitas, y chipirón a la plancha que estaba muy rico. A mi las huevas me gustan mucho pero tras una última mala experiencia con ellas no hace mucho les he cogido un poco de manía. Mi acompañante pidió huevas fritas y yo me resistía a probarlas, pero he de reconocer que estaban también muy buenas. Aún así, tardaré tiempo en volver a comerlas.
La última tapa que pedimos fue el revuelto de boletus. Lo trajeron  muy bien presentado y acompañado de mini toast, pero las ansias por comer hicieron que lo estropeáramos muy pronto. Creo que fue la mejor tapa de la noche. Los boletus estaban deliciosos y el huevo cuajadito... ¡qué rico!

Huevas fritas y chipirones a la plancha. Restaurante Los Alcores. No tomamos vino porque yo estaba maluzcona pero la carta era bastante interesante. La próxima vez que vaya pediré alguno y seguiré probando los platos de la carta, en especial los revueltos, que tenían muy buena pinta.

El precio ronda los de la zona, entre 2'50-3€ las tapas, 7-8€ las medias y 10-12€ las raciones.

Me gustaría destacar el servicio de camareros. Son súper lindos y  muy simpáticos, te atienden rápido y te aconsejan muy bien. 

Valoración: 

Rico, rico y con fundamento


La Fábrica

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El otro día me animé a probar un nuevo bar que han abierto detrás de la Alameda. Su nombre es La Fábrica y se encuentra en la Calle Correduría nº 1, en su fachada podréis leer "Vinos y Picoteo".

Sobre el local, es acogedor y decorado vintage y con gusto, mesitas de madera pintadas de diferentes colores y barnizadas como antiguas, cajas de vinos, etc. Es bonito, también cuenta con lo indispensable: una terraza muy apañá fuera, nosotros nos decidimos esta vez por el interior ya que era tarde y hacía rasquilla.

El bar me gustó, no es especialmente barato (para la zona en la que está) pero en realidad los precios estaban a la orden del día, las tapas entre 2,90 y 4.90€, la mayoría tirando hacía arriba. La carta no es demasiado extensa aunque tiene suficiente variedad y desde luego está perfectamente confeccionada, se te antoja absolutamente todo, porque son tapas (la mayoría) originales y difíciles de encontrar en otros lugares, y esto me gusta.


Hablemos de lo que nos interesa, las tapas:
Para ir abriendo boca pedimos una ensalada de queso de cabra, con un gran medallón de exquisito queso, un poco de cebolla caramelizada y su exquisita vinagreta, la verdad es que me encantó y llena muchísimo.
Para ir probando también pedimos el tataki de presa, con verduras asadas que era un pisto alrededor, en su punto de cocina y lo más importante, en su punto de sal. Exquisito.
Seguimos con la ensaladilla, que fue la tapa más normalita de la noche, la ponen presentada en una lata de sardinas y aunque estaba buena tampoco estuvo a la altura, demasiado condensada, no me hacen gracia las ensaladillas que son una pasta.
Otra tapa que elegimos fueron las clásicas papas bravas, que me encantaron, tres o cuatro papas pequeñas, enteras con su piel y todo, asadas y con exquisito mojo picón por encima, en su punto y lo mejor, no estaban saladas (como las papas arrugás), todo un acierto.

Seguimos con la tapa de Pinchito Andalú, dos pinchitos (algo pequeños) de cerdo, con cous cous debajo cocinado con pasas y cebolla caramelizada, esta tapa que puede parecer tan sencilla me sorprendió muchísimo, primero por la calidad de la carne y cómo estaba cocinada, increíblemente bien. El cous cous normal pero se agradece el acompañamiento.

También tenían una amplía variedad de vinos, aunque la chica que nos atendió no me supo muy bien recomendar uno ni hablarme a fondo de ellos, les recomendaría una carta para poder elegir mejor, ya que finalmente pedí Rioja de la casa y no era nada del otro mundo. Por iotro lado decir que el servicio fue bueno y atento.
Está más que claro que volveré ya que quiero seguir investigando los vinos y esa estupenda carta, me quedé con las ganas de probar el risotto acompañado de habitas y los calamares en su tinta con arroz.

Valoración:


Bodega Santa Cruz (Las Columnas)

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Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Hoy vengo a hablaros de uno de los bares más conocidos y concurridos de nuestra ciudad. En la calle Mateos Gago, justo en frente de la Santa Catedral nos encontramos este antiguo bar concretamente en la esquina con la calle Rodrigo Caro, probablemente el más típico de la calle junto a El Perejil, hablamos del Bar Santa Cruz, por todos los sevillanos conocido como Las Columnas.

Nos encontramos en una calle llena de bares, aprovechando la zona turística la mayoría tienen las cartas en varios idiomas, los precios inflados y la calidad mermada. Las columnas no es un bar de delicatessen, pero al menos es sincero con sus tapas y sus precios, los habituales en nuestra ciudad.
Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Últimamente la vida me ha llevado mucho por esta calle y casi siempre elijo las Columnas para tomarme unas cruzcampos fresquitas y algún que otro montadito de pringá (lo mejor de este bar) o una tapa de tortillitas de bacalao, tapa cada ves más difícil de encontrar en Sevilla y aun más difícil de encontrar bien cocinada y poco aceitosa, si paráis aquí probadlas.
Tienen amplía carta, todo de cocina mediterránea, la típica de las tabernas antiguas sevillanas. Mis recomendaciones cazón en adobo (otra tapa cada vez más complicada de encontrar bien cocinada), la tortilla al whisky (no es de mis preferidas pero es un clásico en este bar), costillitas o flamenquín de chorizo, por supuesto la clásica ensaladilla...

Una de las cosas que me gustan de este local es que pese a su situación no ha perdido esa "solera" de taberna antigua, el equipo es rancio, a veces más simpático y a veces menos aunque agradable en general, siguen apuntando las cuentas en la barra con esa tiza blanca húmeda y es autoservicio, así que la barra siempre está de lo más concurrida, uno de esos bares de los de siempre, pero en pleno barrio Santa Cruz.
Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Por supuesto el baño es pequeño y de esos que tienen albero en el suelo como antaño, la decoración de las de "toa la vida" y el servicio rapidísimo. No dejéis de pasar por aquí si tenéis la oportunidad, mezclaros con los turistas y los sevillanos que conviven a diario en esta taberna, escuchad la tuna dando el coñazo la mayoría de las noches, tomaros una manzanilla o una cerveza bien fría en una de las mesas altas de fuera, contemplad la torre de Sevilla y vivid el encanto de éste, el barrio más antiguo de nuestra ciudad.

Valoración:




Pomodoro

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Ya sabéis que nuevo local que abren en el centro, nuevo local que El Tapeador va a visitar. En este caso se trata de una franquicia, no somos muy fan de estas pero con Pomodoro hicimos excepción, además había que probar si era cierto que todos sus platos estaban al fantástico precio de 3,90€. Y así fue.
Pomodoro bar restaurante sevilla el tapeador

Pomodoro es un restaurante que ofrece pastas, burritos, hamburguesas y pizzas a módicos precios, la bebida no es tan barata como en los bares pero tampoco se sale de precio, 1,50€ la cerveza, 2€ el tinto y por ahí andan también los refrescos.
Yo ya he probado el sitio un par de veces y os vengo a contar qué tal me fue.
Pomodoro bar restaurante sevilla el tapeador

El primer día, una noche de hace un par de fines de semana fui a cenar y pedí una pizza funghi. Estaba deliciosa, por 3,90€ pensé que iba a ser bastante más pequeña y que todos los ingredientes iban a ser de mala calidad, pero me llevé una muy grata sorpresa, era grande (30cm) y los champiñones estaban riquísimos y la pizza era fina y estaba muy bien horneada. Las pizzas de la carta del Pomodoro no tienen muchos ingredientes, pero es lógico ya que todas cuestan igual.
Mi pareja pidió una ensalada Bufalina y aunque estaba conforme le resultó un poco sosa. Tienen bastante mejor pinta la César o la de Pollo.

Antes de ayer volví a ir y esta vez pedí el menú: Dos panes de ajo, un plato de pasta a elegir con salsa y una bebida. En este caso sólo podías elegir spaguetti, tagliatelle o penne, y no las pastas rellenas, y la bebida en vez de ser la jarra normal era un botellín. Me decidí por tagliatelle al huevo con salsa carbonara y de nuevo me llevé una gran sorpresa, la pasta estaba muy bien cocida y al salsa muy buena, caliente en su punto y cremosa. Me gustó mucho. El precio total del menú era de 5€. Inmejorable para el tamaño del plato y los panes de ajo que por cierto estaban bastantes buenos. 
Pomodoro bar restaurante sevilla el tapeador

Pegas del sitio, es autoservicio, hay que ponerse en cola para pedir y pagarlo todo sobre la marcha, luego son ellos los que te llevan la comida a la mesa. En la Alameda tienen una agradable terrada y el servicio es bueno, pero si hay cola es un coñazo. Digamos que funciona como un restaurante de comida rápida. La comida por lo tanto sale rapidísimo, pero tampoco puedes esperar una pasta recién cocida para ti ni una salsa casera hecha en el momento. No obstante ya digo que la comida me gustó mucho, será cuestión de seguir probando.

Pomodoro, al igual que otras franquicias muy conocidas en Sevilla llegó un día a La Alameda de Hércules y de repente estaba por toda la ciudad y parte del Aljarafe. Salen como setas, y no es de extrañar que triunfe, ya que con estos precios y con lo tiesa que está la gente nadie puede negarse a un buen plato de pasta, una ensalada o una pizza por menos de cinco euros.

Si tu presupuesto es ajustado, te gusta la comida italiana ya sabes a donde ir.

Valoración:
Pomodoro bar restaurante sevilla el tapeador

Casa Rafita

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Bar Casa Rafita, el Tapeador

Seguimos descubriéndoos el Barrio de San Lorenzo, en ese caso nos vamos a la Calle Marqués de la Mina esquina con Miguel Cid al local bautizado como Casa Rafita, famoso ya por sus mantecaitos, y no, no hablo de dulces navideños. 

Casa Rafita lleva ya varios años abierto y cada vez suena más, cada vez es más difícil hacerse con una mesa de las que tiene en la no tan ancha acera y cada vez cuesta más pedir. Pero el barrio es el barrio y tira, si Eslava está lleno y la Abacería y el Rodiguez también sin duda es la mejor opción.

Fotografías de Casa Rafita - Fotos de Restaurante

Casa Rafita es para tomarte unas cuantas cañas frías para ir abriendo boca, las berenjenas con salmorejo son una de sus especialidades, ricas ricas, al igual que los flamenquines cordobeses que aunque lo digan por ahí no llevan langostinos, están bien pero ya sabéis que yo no soy gran admiradora de los fritos, y por mucha fama que tenga un flamenquín es y siempre será fritanga. En primavera y verano sirven unos caracoles espectaculares que poco tienen que envidiar a más de algunos de los bares caracoleros por antonomasia de Sevilla, ¡Me encantan!

Pero hablemos del Mantecaito, la tapa estrella y la más popular del bar, por lo que la gente viene aquí. El mantecaito no es más que un montadito con un filete de lomo, jamón y un huevo frito de codorniz encima. Cómo imaginaréis esto no puede estar malo, y es que la mezcla del filetito bien pasado por la plancha, con el jamón del bueno y la yema del huevo es una genialidad, a la par que simple, oye.

Bar Casa Rafita, el Tapeador
Rafita usa los huevos de codorniz (que tan de moda están ahora gracias al Coloniales) para más tapas, una de las que más me gustan es el pisto con huevo, a veces un poco aceitoso pero normalmente muy rico. Por otro lado la ensaladilla no es gran cosa (no es de las artesanas), las croquetas variadas están bastante bien pero las he probado mejores, no obstante es una buena opción. Además de esto suelen tener las típicas tapas y aliños de taberna, que es lo que es Rafita, una tasca de las de toda la vida.
Dicho esto no os esperéis grandes cosas del local ni su decoración, ni esperéis encontrar un gran baño (es ínfimo), ni papel en él, lo mejor es sentarse fuera y esperar que te atiendan, con suerte será rápido, aunque esto no siempre sucede.

De precio es más que asequible, de lo más baratito del barrio.

Valoración:
Bar Casa Rafita, el Tapeador

 
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